VIVE UNA PASIÓN, VIVE EL BASQUETBOL

NO SE PUEDEN RECOGER FRUTOS
CUANDO FALTAN LAS RAÍCES

Éste es el principio de la secuenciación.

Mientras no tengamos en cuenta cómo nos vemos a nosotros mismos y cómo vemos a los otros, no seremos capaces de comprender cómo ven los otros y qué sienten acerca de sí mismos y de su mundo.
El talento gana juegos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos.
Nos toma cierto tiempo comprenderlo. Se trata de un proceso en que debe desaparecer el egoísmo.
El minibasquet es el comienzo de un proceso de aprendizaje, es el jardín de infantes deportivo del niño, por lo tanto debemos enseñar a crear, compartir, divertirse y jugar.
En el instante mismo que uno se aleja de lo básico, los cimientos se debilitan hasta derrumbar toda la estructura. Los cimientos, las piedras o principios básicos, permiten que todo funcione en el tiempo.
No importa cuáles sean las actividades o metas; jamás se podrá prescindir de lo básico si se quiere lo mejor.
A muchos quizás no les interesa este tema. Porque se buscan resultados gratificantes, instantáneos, y nos saltamos unos cuantos escalones.
Cuando uno logra comprender el uso de los ladrillos, (minibásquetbol), comienza a comprender cómo funciona todo el proceso de construcción.
Recuerden que, a fin de cuentas, las cuestiones básicas no cambiarán jamás. Que sin minibasquetbol no tendremos infantiles, cadetes, etc.
Todo se resume a una sentencia muy sencilla: existen buenas y malas maneras de hacer las cosas. Cuando uno vuelve a lo básico, elevará el nivel de todo lo que haga.
Si nuestras palabras no están respaldadas por el buen rendimiento y el trabajo duro, no sirven para nada.
Tenemos que comprender que en el mini el ganar no es el objetivo principal, sino que ganar es una consecuencia del progreso individual y colectivo de nuestros chicos que se da a partir del aprendizaje de hábitos deportivos y sociales durante un periodo determinado de tiempo.
Considero que el minibasquet es un medio para desarrollar no solo habilidades deportivas, sino también valores que permitan la formación y educación del niño a través del deporte.
Tanto dirigentes como entrenadores deben trabajar con visión de futuro, educarlos a través del juego, teniendo bien presente que la finalidad no es formar campeones, sino de progresar de forma individual y de conjunto en función de las propias posibilidades de cada una de los chicos, adquiriendo buenos hábitos de conducta que se mantendrán durante toda la vida.
Es el juego el arma más sólida. La que reúne todos los intereses y necesidades de los niños, a la cual con orden y criterio podemos ir insertándoles los fundamentos y conceptos para que crezca su calidad de juego y consigo el gusto por este hermoso deporte.
No debemos inventar excusas, no olvidemos que debe existir compromiso, calidad y una visión de futuro en todo lo que hacemos.